Descripción
Un extranjero llegado a la principal ciudad de Illinois en la mañana del 3 de abril de 1897 hubiera podido considerarse corno un favorito del dios de los viajeros. Su diario se hubiera enriquecido dicho día con notas curiosas, propias para dar asunto para artículos de gran sensación. Y si hubiera prolongado algunas semanas o algunos meses su estancia en Chicago, podría haber tomado parte en las emociones, las alternativas de esperanza y desesperación de aquella gran ciudad, que parecía haber perdido el juicio.
Desde las ocho, enorme multitud se dirigía hacia el barrio veintidós. Es éste uno de los más aristocráticos y está comprendido entre la Avenida Norte y la División Street. Es sabido que las ciudades modernas de los Estados Unidos orientan sus calles en relación con las longitudes y latitudes, imponiéndoles la regularidad de líneas de un tablero de ajedrez.