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La Isla del Tío Robinson – Julio Verne

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Descripción

La porción más desértica del océano Pacífico es esa vasta ex­tensión de agua, limitada por Asia y América al oeste, al este por las islas Aleutianas y las Sandwich al norte y al sur. Los bar­cos mercantes casi no se aventuran en este mar. No hay al parecer ningún punto en el que pudiera hacerse una escala de emergencia y las corrientes son allí caprichosas. Los buques de navegación de altura, que transportan productos desde Nueva Holanda1 hasta América Occidental, navegan en latitudes más bajas; sólo el tráfi­co entre Japón y California podría animar esta parte septentrional del Pacífico pero todavía no es muy importante. La línea transa­tlántica que hace el servicio entre Yokohama y San Francisco sigue un poco más abajo la ruta de los grandes círculos del globo. Se puede decir en consecuencia que allí, entre los cuarenta y los cin­cuenta grados de latitud norte, existe lo que se puede llamar «el de­sierto». Quizás algún ballenero se arriesga alguna vez en este mar casi desconocido pero cuando lo hace pronto se apresura a sortear la cintura de las islas Aleutianas a fin de penetrar en el estrecho de Bering, más allá del cual se refugian los grandes cetáceos, encar­nizadamente perseguidos por el arpón de los pescadores.

En este mar tan extenso como Europa ¿hay todavía islas desco­nocidas? ¿La Micronesia2 se extiende hasta esta latitud? No podríamos negarlo ni afirmarlo. Una isla en el medio de esta vasta su­perficie líquida es poca cosa. Ese punto casi imperceptible bien pu­do escapárseles a los exploradores que recorrieron esas aguas. ¿Po­dría ser, incluso, que alguna tierra se hubiera sustraído hasta aho­ra al registro de los investigadores? Se sabe, en efecto, que en esta parte del globo dos fenómenos naturales provocan la aparición de nuevas islas: por una parte, la acción plutónica que puede elevar súbitamente una tierra por encima de las aguas. Por la otra, el tra­bajo permanente de los infusorios3 que crea poco a poco bancos coralígenos, los cuales, en unos cientos de miles de años pueden llegar a formar un sexto continente en esta parte del Pacífico.